viernes, 8 de marzo de 2013

Círculo

La muerte siempre es complicada, sobre todos para los que aún están vivos, la muerte siempre llega tan repentina, muchas veces sin aviso alguno y solo queda admirar el momento en que sucede todo, aunque pasa en cámara lenta, cada vez más lenta.

La muerte es el siguiente paso luego de una tormentosa vida, sobre todo la vida es lo más complicado, te enfrentas con tantas cosas y muchas veces no sabes cómo reaccionar, uno siempre busca respuestas en los lugares más remotos de sí, en lugares que nunca ha hurgado y descubre cosas increíbles, cosas mágicas, aunque no siempre, a veces solo te quedas buscando y no encuentras nada.

La muerte es difícil, sobre todo para los que quedamos vivos y afrontamos la muerte ajena, nos cuesta aceptar tantas cosas y pensamos y no dejamos de pensar, de idear, de buscar soluciones o supuestos, no es nada fácil, pero pasa, siempre pasa y siempre tiene que pasar, no sé realmente por qué tiene que pasar siempre, bueno en realidad si lo sé, es el destino, la suerte de cada uno. Luego de eso solo queda extrañar, aunque el extrañar se vuelve en un recuerdo lejano que afecta cada cuanto en cuanto y lo vas aceptando como todo en la vida, buscas nuevas cosas que te interesan más, te enamoras o te re-enamoras, buscas sin sentido algún tipo de reemplazo para aquella ausencia, es normal. Solo tienes que saber afrontarlo.

La muerte llega, siempre llega, uno no la espera (en realidad algunos sí), y cuando llega ya no hay marcha atrás y quisieras solucionar lo que no solucionaste nunca ni pensabas solucionar en algún futuro cercano. La muerte cuando es una sorpresa llega y no sabes cómo responder a eso, dejas muchas cosas en la cabeza y luego te atormentas por no haber cerrado bien el círculo que te unía a esa persona. Muchas veces el orgullo causa más daño cuando alguien muere, uno siempre quiere más, pero, ¿Por qué no dar ese más desde siempre?

La muerte no es mi compañera, aunque me acompañará cuando sea necesario, cuando así lo juzgue el destino, cuando así lo juzgue la vida misma, Dios, o quien se encarga de mover esta historia de nuestra vida, la muerte llega, no la esperemos, no nos arrepintamos cuando la voz se extinga, cuando un abrazo sea necesario, cuando un te quiero no afecta a nadie, cuando simplemente agradecer es un paso sencillo para conciliar con la idea de la muerte, no escapemos, llegará y no hay que ponernos tristes, simplemente hay que hacer que ese día no sea triste, cierren sus círculos, sonrían cada vez más, perdonen y pidan perdón y sobre todo amen más.


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