viernes, 5 de marzo de 2010

Diez y Siete

- Estoy estoy embarazada.

Fue lo primero que dijo cuando le contesté por fin el maldito celular, no había parado de sonar desde las 9 de la mañana y me daba mucha flojera levantarme a cortar la llamada. Como odio que me llamen los domingo, no me canso de repetirles a todos que si desean hablar conmigo, me manden un mensaje, así ahorramos ambos, dinero y gano sueño. Suelo despertarme pasada las doce de la tarde un domingo cualquiera, justo cuando va iniciar algún partido del torneo local, de los que suelo comentar cada semana en el sitio web al que me veo amarrado por unos cuantos soles, que bien o mal me llenan el estómago y borran ese dolor nauseabundo.

- ¿Qué carajos dices?
- Sí, acabo de hacerme la prueba de sangre y arrojó positivo
- ¿Estás segura?
- No huevón el médico está jugando conmigo, no seas estúpido te estoy diciendo que me he hecho una maldita prueba de sangre y el infeliz del médico me dijo literalmente: "Felicidades señorita usted tiene 6 semanas de embarazo, debe estar contenta, acá le dejó mi número de celular soy pediatra".
- ¿Qué mierda vas a hacer ahora?
- Escúchame en una hora estoy por tu casa y por favor báñate, qué debes estar apestando a basura.

Siempre me he quejado de las madres adolescentes, las he criticado a más no poder y he dado un par de sosos discursos sobre ese tema a algunos colegas de alcohol, y ahora Andrea estaba embarazada, con 17 años y sin un proyecto de vida, solamente tenía 2 ciclos en la universidad en una carrera que ni siquiera comprende, en una carrera que, está de moda, que siguió por influencia de sus amigas y no pudo seguir el sueño de ser psicóloga, obviamente que le iba a ir muy mal como psicóloga, es más nunca le di mayor expectativa que 2 años y 4 jalados, a dos por año; eso ya era muy bondadoso. Embarazada e inmadura, como muchas chicas que hoy caminan con una semejante panza y la cabeza gacha frente a sus conocidos. Hace un mes y medio que el espermatozoide encontró después de un largo viaje al óvulo y lo fecundó, y pensar que ayer nos divertíamos bailando en la fiesta de Kathy su "amiga" más querida (la perra que le enseñó el alcohol, las drogas y sobre todo el sexo y que ya a los 19 años había abortado tres veces). Pensar que ayer la vi tan decidida a dejar todo atrás.
- Pasa está abierto, agarra la llave debajo del tapiz y entra, prepara algo para tomar de desayuno, mientras me baño.
- Carajo te dije que te bañes hace más de 1 hora.
- Lo siento... andaba… escribiendo, de donde quieres que saqué plata - mentí como lo suelo hacer para escapar de los problemas.

Admito que todo olía exquisito, creo que eso de ser madre agudiza el tacto en la cocina, además ya van a ser las 2 de la tarde y no tengo más que un cigarro y un caramelo de menta en el estómago. En realidad no tengo idea de qué diablos voy a hacer con ella cuando la vea, no sé qué decirle, ni sé como mirarla, ni sé cómo reaccionar. Me quedo un rato tirado en la cama pensando en lo que debo decirle, pero ella se aproxima a mi puerta, está con tacos, no creo que no se haya cambiado desde ayer.

- Oye apúrate no tengo todo tu tiempo, tengo cosas que... que hacer
- Ya, ya salgo, sabes que este rostro hermosos necesita de todas sus cremas
- Ok te espero en la sala.

Me demoro un poco en salir, eso es bueno, pone dramática la situación, espero que ella note mi presencia primero y me mire, para mande ella la energía de la conversación, al fin voltea y me mira con unos ojos raros, miedosos, asustados, perversos.

- Así que estás embarazada - le digo "cortésmente" mientras agarro el vaso de jugo
- No lo quiero tener, Kathy me va a llevar hoy a su doctor, dice que me cobra cada mes y el trabajo es perfecto, solo vine a pedirte que me acompañes. Quieras o no lo voy a hacer, tengo 17 años, en 4 meses seré mayor de edad, y quiero vivir, no quiero que nada arruine mi vida, no quiero tener esto - la voz le quebraba mientras sostenía con violencia su pequeño estómago.
- Estás hablando en serio?
- Tan en serio que cuando dije que me pondría un piercing.
- Andrea no es un juego, o no es hacer algo por que tu amiguita lo hizo primero, no seas estúpida por favor
- No me interesa lo que me digas lo voy a hacer, no vine a buscar tu aprobación, simplemente, ¿me acompañas o no?
- Vete a la mierda
- Ok, pensé que pensarías igual que yo.
- Pienso igual que tú, pero no pienso igual que la estupidita de tu amiga, te mueres de miedo Andrea, sabes que no lo quieres hacer, como el piercing que te lo quitaste 1 mes después. No hagas lo mismo que tu amiguita, déjala que se muera sola.
- Estas hablando de más, me largo, préstame 10 soles que no quiero ir en micro.
- Haz lo que te haga feliz - estiré mi mano y le di un billete arrugado.
- Haz lo que quieras Kathy, perdón, perdón Andrea.
- Vete a la mierda tú huevón
- Si lo haces, no quiero verte nunca más por mi casa, así que lárgate a seguir siendo como tu amiga, se feliz, pero conmigo no cuentes más.

Cerró la puerta con violencia, su vestido rojo se teñiría aún más, esa tarde llego a las 4 a la casa de Kathy, le tocó el timbre, se saludaron, ella le invitó un cigarro, que no rechazó por educación, caminaron unas cuantas cuadras, se rieron, Andrea se puso nerviosa, se drogaron y llegaron al "consultorio". Una casa muy bonita en San Isidro, y como no va ser bonita si cobra 3 mil dólares por bajarse un feto. Les abrieron rápido, pasaron, tomaron asiento, hablaron con el galeno, se rieron y cómo no hacerlo después de los porritos que fumaron en el camino. Andrea dejó sus cosas a un lado.

Kathy hablaba por nextel, ni se miraron, Andrea cerró la puerta, se desnudó, se echó en la cama temblando de miedo o por efectos de la marihuana, cerró los ojos y nunca más los abrió. Esa tarde el Médico falso perdía su primer paciente, una hemorragia interna acabó con la vida de mi hermana. Pensé que daría media vuelta, como suele hacer con todo, pensé que llegaría después de un rato llorando a la casa y pidiéndome ayuda; pensé que está vez si iba a cambiar.

Después de recibir la llamada de Kathy a las 6 de la tarde y de hacer todo los papeles para que el cuerpo se llevado a la Morgue y luego se encargue el seguro hacer su funeral, después de abrazar a mi madre y dejarla en su casa en donde ya no escucharía más la voz aguda de su hija menor, después de ver a mi padre después de 5 años y verlo llorar, entre a mi casa cansado y lloroso, mi celular brillaba en la cama, lo cogí para leer el mensaje, abrí la bandeja de entrada:

"PERDÓNAME HERMANO; ES LO ÚLTIMO QUE HAGO, JURO QUE CAMBIARÉ DESPUÉS DE ESTO, TE AMO, ANDREA