martes, 19 de enero de 2010

Tres veces por semana

Bruno no era un chico normal, bueno pero quién lo es a los 18, la vida lo había “castigado” con una hermana menor, no tan menor solamente por un año. Cuando lo conocí y cabe resaltar, en una situación un poco vergonzosa, supe que él no había nacido para ser angelical, el tenía que ser Bruno. A pesar de su gran tamaño y peso, era una persona muy pacifica, un cristiano dispuesto a servirle a Dios, una gran persona por cierto, aunque sus cizañas eran de un veneno mortal y solían hacerme sentir bien.

Bruno vive en una familia disfuncional, su padre es un grande de las maderas en la selva y está en la obligación de enviarle cantidades considerables de dinero, para reemplazar su ausencia; por el otro lado está su madre, una persona muy ferviente de la virgen y sobre todo muy vivaz en los chismes, hace poco tuvo un gran problema de salud, que gracias a la unión, fuerza y a los rezos comunitarios, incluso de quien les habla, pudo salir de ese problema, y hoy disfruta de las bondades de tener una casa “propia”.

Mientras que Luciana, su hermana menor, había ido creciendo con una habilidad única para joder, que por cierto aun sigue perfeccionando y es posible que sienta felicidad por causar daño a quien más la ama, su madre. Aunque suena tan complicado, suele pasar a menudo en las familias, el hijo más díscolo, rebelde, problemático termina siendo el protegido de la madre y beneficiada mil veces más por su padre que está lejos y tiene que darle “Su amor”.

Bruno tuvo relaciones un poco complicadas, para ser sincero, muy dañinas, aunque no quiso darse cuenta por un buen tiempo, se alejo del mundo y empezó a dejar su bondad de iglesia a un lado. Conoció las bondades del sexo y poder de la manipulación, que combinados con el “cariño” que solía mandar su padre mensualmente hicieron de Bruno en pocas palabras “un hijo de puta” o un desalmado como solía decirle. Su relación con Ana Paula fue mala desde el principio, comenzó con un poco de alcohol en el Campo de Marte y terminó después de un polvo único que aun tiene registrado en alguna parte del disco duro de su computadora oculta de todos. Nadie más que el apoyaba su amor y Luciana, que en realidad le llegaba altamente el tema, lo aconsejo y en un momento pudo verse amor fraternal. Luego de más de un año de tortura, las cosas acabaron por su propio peso y en cierta manera fue la mejor decisión que tomó Bruno, aunque ya había gastado millones por perseguir su amor hasta en la profesión.

Dicen que las experiencias de otros nos deben de ayudar a no caer en el mismo error, pero eso nunca fue bien visto por Luciana, su tortura empezó cuando se volvió más liberal, digo más, pues siempre lo fue, mientras ella se iba todo el día de la casa, Bruno tenía que estar a las 8 para dormir por exigencias internas. Pienso que la vida de la familia Ruz Duran empeoró el día que Luciana entró a ser una chica universitaria, quizás las malas juntas o es posible que el mismo entornó avivo, ese don por joder que llevaba ya desarrollando años atrás y de la cual había sido víctima muchos amigos, novios y amigas, sobre todo empezaba a aflorar en la pequeña casa donde vivía con su hermano y su madre. Se metió al mundo del modelaje (pues hay que aceptar que tiene gracia en el rostro; pero una mierda como persona) y posiblemente su mundo con base católico ferviente se desmoralizo por completo y al igual que su hermano, conoció las bondades del sexo, las drogas legales, y sobre todo la manipulación a su madre y la facilidad de convencer a su padre que andaba lejos y que por cierto cada miembro de su familia mentía.

Don Leonardo Ruz, es un ex policía y hoy maderero millonario de la selva, es el hombre más mentido por su familia y bueno, no lo digo por mentiras malas, si no por mentiritas blancas, omisiones de cosas que no es lo mismo que mentir y sobre todo succionado monetariamente por sus dos retoños del que se siente orgulloso, cuando viene a Lima a visitar, suele general tantos problemas dentro del pequeño departamento de su familia, tensión y cariño falso mostrado por los aires, es cierto que hay un amor hacia él, es indudable, pero es posible que muchas cosas sean exageraciones de ambos niños.

Bruno estudia medicina, la carrera que siempre quiso estudiar y de la que algún día disfrutaré, debo decir que se dio al abandono o eso pensamos, por, como dije su obsesión amorosa lo llevo a seguir una carrera que él no quiso, es más que nunca estuvo es sus posibilidades de estudio, pero Bruno no era un chico que se daba por vencido o siempre pensé eso, el lucho internamente por aceptar su destino como ingeniero industrial, pero una voz externa le decía que los sueños se cumplen, al destruir su relación con Ana Paula, decidió seguir sus sueños postular a medicina, quizá y fueron los peores 3 meses de su vida, en la que pasó escuchando las mismas canciones, entre deprimido y cansado pero con ganas de vestirse de blanco y lo consiguió un día de Enero en el que todos fuimos felices, los sueños se cumplen Bruno.

Luciana quiso siempre estudiar Psicología y quizás si hubiese seguido esa carrera el mundo de los Ruz hubiese sido totalmente distinta, pero como suelo decir, las cosas pasan por algo. La ambición y las ansias de ganar dinero que fue obligado o adoctrinado por el padre, la llevó a estudiar Odontología, carrera que debe seguir por más de 5 años y es posible que no sea feliz y esa infelicidad la lleve a ser tan basura con su familia. Hace poco tuvo un gran problema, el cual no contaré por respeto a los Ruz, como de costumbre el padre no supo de nada y los encargados de tomar la decisión fueron 3, una situación que muchos pensaron cambiaría, ya era malcriada, irresponsable, contestona, hacia lo que quería (por que la dejaban), llegaba a la hora que quería y si no la dejaban se imponía, el dinero se convirtió en su mejor aliado y las fiestas y reuniones en su perdición.

El problema, causo más problemas, y la familia no dejaba de pelear un día y lógicamente Bruno estaba furioso e irascible contra su hermana, que solo sabía jode a su madre enferma, y exigir, ella consiguió o mejor dicho retomó con uno de sus novio y compañero de salón, y su relación se tornó como la de Bruno y Ana Paula, de la misma manera insoportable y manipuladora obsesiva, controladora y la única manera de conseguir la felicidad es estando con él, su novio Germán, que en realidad no sé como la soporta. Bruno ahora ama Carla, también compañera de salón y una chica muy prometedora, descubrieron hace poco las bondades del sexo entre ambos y están en el jugueteo de conocer nuevos cuartos cada día, ella lo quiere de una manera distinta y su relación no es como la que tuvo él con Ana Paula, ahora sabe lo que es amor y no obsesión, bailan juntos salsa 3 veces por semana y se besan al caer el sol, Bruno puede saber ahora que se siente amar y ser amado sobre todo.

Mientras que Luciana, cada vez anda peor, ya amenazó estúpidamente con irse de la casa y es posible que haya pensado en el suicidio, su obsesión por Germán cada día es más grande y pese a los consejos de Bruno, que paso por la misma situación, ella sigue en lo mismo. Hace unos días el padre de ambos llego a Lima, al pequeño departamento y pudo observar que las cosas no andaban bien con su menor y más querida hija, su hostilidad y obsesión terminaron por alejarlo a la selva con una cara triste y preocupado. Quizás en un par de meses ella haya abandonado la casa y su madre esté llorando y amenazando con morir si no regresa, o quizás las cosas sigan igual, dudo que ella cambie, dudo que todos cambien.

Mientras tanto Bruno disfruta de los pequeños momento de tranquilidad, con su madre y su muestra de amor, con el amor infinito de Carla y sobre todo con la amistad de su servidor y mejor amigo incondicional, que se cree escritor y ve como bailan salsa 3 veces por semana.

1 comentario:

  1. Cuentas muy bien ah, la verdad no sé si lo escrito aquí tenga una base real o ficticia, y eso me gusta porque se nota muy realista, además de que manejas un sencillo y agradable sentido del humor al escribir. Muy bien Oscar.

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